Los nuevos gobiernos de los Ayuntamientos que se constituyeron el pasado sábado día 11 van a afrontar distintos escenarios dónde el denominador común es la precariedad de las cuentas públicas. Ante este panorama, a nuestros Alcaldes no les queda otra opción que minimizar el consumo de los recursos públicos manteniendo el mismo nivel de servicio e incluso reducir algunos de carácter superfluo o no esencial. Cómo última opción barajan la posibilidad de prescindir de algunos empleos de carácter temporal o indefinido bien extinguiendo el contrato a su término o procediendo al despido por causas objetivas. Antes de plantearse un Plan de Empleo (ERE del sector público) nuestros dirigentes locales deben ser conscientes de que existen multitud de medidas de fácil ejecución para reducir el gasto corriente. Lo primero es cuestionarse la idoneidad o interés social de la prestación de ciertos servicios que consumen una parte importante de recursos públicos y que apenas son valorados por la ciudadanía (ciertos talleres, cursos, eventos, espacios infrautilizados, etc.) o que están sobredimensionados (guarderías, auditorios,...) o que son más costosos (móvil vs fijo; fijo vs e-mail) Lo siguiente sería buscar la minimización del coste de los servicios a través de la búsqueda de proveedores alternativos,eficientes procedimientos de contratación o centralización de las compras. Vamos a detallar una serie de medidas específicas que se puedan adoptar en el corto y medio plazo:
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